miércoles, 26 de enero de 2011


Un perro no sabría qué hacer con un coche de lujo, o una casa, o con ropa de diseño... Se conforma con un palo empapado.
A un perro no le importa si eres rico o pobre, listo o bobo, inteligente o tonto... Si le das tu corazón te entregará el suyo.
¿De cuánta gente podrías decir eso? ¿Cuánta gente puede hacerte sentir excepcional, puro y especial? ¿Cuánta gente puede hacerte sentir extraordinario?

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