viernes, 5 de agosto de 2011
De siete dias a la semana, yo te necesito ocho
Aprendí que las historias de los cuentos no son más que fantasía, que los príncipes azules no existen, que las princesas no son perfectas. Aprendí que los milagros no existen, que nadie te regala nada sin pedirte nada a cambio. Aprendí que nadie es perfecto, que todo el mundo es diferente. Aprendí a escuchar, pero sobre todo aprendí a tirarme a la piscina, a no hacer caso a nadie que no fuera yo, aprendí a caerme y a levantarme. Aprendí que se puede echar de menos a alguien que está a kilómetros de distancia, y echarlo de menos cuando tan solo está a centímetros. Aprendí que aunque el día tenga venticuatro horas puedes pensar en alguien veinticinco, y que de siete dias de la semana puedes necesitarlo ocho. Pero sobre todo aprendí a tener claro lo que quiero, lo quiero a él.
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